
01 Inici de l'aventura, intens!
Martín avuí ens relatará l'inici de l'aventura!
El primer día de la expedición fue una experiencia inolvidable, marcada por el contacto con la naturaleza y el fortalecimiento de los lazos sociales. Comenzamos con el encuentro en el Estadio de Mestalla y partimos, con algo de nervios pero, sobre todo, con mucha ilusión, rumbo al embalse de Loriguilla, donde realizamos una interesante visita guiada por las instalaciones de la presa para aprender sobre el funcionamiento de esta y cómo se regula y utiliza el agua del río y su caudal. Es increíble la ingeniería y precisión con la que se trabaja en estos grandes muros de hormigón, así como la de espacios que se esconden en su interior para un adecuado trabajo y regulación del agua. Por ejemplo, nos explicaron el protocolo de actuación con las compuertas frente a grandes avendidas de agua como sucedió en la DANA, eje temático de esta expedicón.
Y envueltos de conocimientos también aprovechamos el espectacular paraje natural del emalse en el que nos encontrábamos para realizar varias dinámicas de grupo que facilitaron la creación de vínculos entre compañeros. Unos compañeros y amigos que nos acompañarían durante toda esta aventura y con los que formaríamos una gran familia. La familia Cavanilles.
Después de comer, la aventura seguía in crescendo con la emocionante actividad de kayak, que realiamos por grupos permitiéndonos conocernos aún mejor y afianzar nuetros vínculos. Fue una oportunidad excelente para trabajar la coordinación, disfrutar del entorno natural y superar desafíos personales. Para mí fue una aventura muy emocionante, que con toda seguridad formará parte de mis recuerdos durante mucho tiempo.
Y al acabar recorrimos nada menos que la conocida como “Ruta de los Pantaneros”, con un trazado impresionante tanto por su belleza como por su exigencia física, que nos recordó la vivencia de los antiguos gancheros que navegaban estas aguas transportando troncos por estos estrechos del río Turia. Así, atravesamos cursos de agua y barrancos, a través de verdes sendas que nos recordaban un paisaje jurásico, también con pasarelas de madera y vertiginosos puentes colgantes, hasta llegar a Chulilla, habiendo disfrutado de unos paisajes inigualables en compañía de personas maravillosas que hicieron aún más especial el viaje.
Al llegar al bello pueblecito de Chulilla disfrutamos de un merecido y refrescante baño en la piscina, con unas ingualables vistas a la sierra y donde pudimos visitar el emotivo mural de la edición 2024 de Expedició Juvenil Cavanilles que hicieron nuestros comapañeros el año pasado y que nos desportó profundas emociones que nos hicieron ver que esto era el comienzo de una de las grandes experienzas de nuestras vidas.
Y tras reponer fuerzas, entre risas, alegría, anécdotas del día y mucha armonía, vino una velada nocturna que cerró el día con un ambiente único de convivencia y reflexión.
Sin ninguna duda esta primera jornada dejó huella en muchos de nosotros. No sólo favoreció el contacto con la naturaleza y fomentó la superación personal, sino que también nos acercó a la vida rural, permitiéndonos vivir una realidad distinta a la que estamos acostumbrados los que vivimos en ciudades y enriqueciéndonos mucho como personas. Las actividades dirigidas por los monitores estuvieron organizadas con gran profesionalidad, lo que hizo de ese primer día una experiencia verdaderamente transformadora. Nos fuimos a dormir convencidosdeque que, sin ningún género de dudas, la edición de este año de la Expedición prometía ser excepcional.
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