El día 11 empezamos a afrontar el que nos esperaba: la despedida. Pero dejando esto de lado, tocaba ir a Sellent.
Al llegar en la Font del Pinar (lugar emblemático de la montaña de Sellent), el Ayuntamiento de Sellent impartió una charla sobre la historia y tradiciones del pueblo. Después vino la brigada de bomberos para explicarnos su semilla en la prevención de incendios. Al acabar bajamos al pueblo para comer, y después dimos los Premios Golosin (unos premios organizados por los propios expedicionarios en los cuales recordamos los momentos más divertidos de la Expedición).
A continuación, el ONG Escuelas Solidarias nos impartió una charla sobre su tarea educativa a países de América del Sur. También nos organizó una escapo room muy divertida. Al acabar, un grupo de expedicionarios pintaron un precioso mural conmemorativo de la primera edición de Expedició Juvenil Cavanilles en el colegio de Sellent y los otros realizamos una visita guiada por el casco antiguo del pueblo.
Seguidamente hicimos una cena popular en la plaza del Ayuntamiento con los alcaldes y alcaldesas de los diferentes pueblos visitados durante estos 11 días. Al acabar, nuestras compañeras Aitana y Mireia hicieron un concierto espectacular. Después metimos música y, antes que nada, hicimos una ronda de abrazos y empezamos a bailar como si se acabara el mundo. Bajamos al anfiteatro de bajo para no molestar en el pueblo y organizamos un karaoke que duró hasta que acabó la batería del altavoz. Ya al acabarse, pusimos una última canción y nos fuimos a dormir.
Expedicionario Teo